Juan Domingo Perón murió hace 50 años y, desde entonces, la Argentina nunca fue igual. Era lunes aquel 1974, como lo fue en este 2024, medio siglo después. Un claro lunes de julio, soleado y casi caluroso para la época invernal. Ra templaba el adusto y preocupado rostro ciudadano. El General había “desaparecido” de la escena nacional desde hacía casi dos semanas. La intuición popular -ese maravilloso instrumento que enseñorea el corazón y la mente de los humildes- presentía que se cernía la tormenta. El huracán que se avecinaba y sobrevino luego era mucho más profundo en su significación política, humana e institucional que cualquier otro hecho ocurrido en el pasado.