Educación Financiera: Democratizando oportunidades

Educación Financiera: Democratizando oportunidades

Como en todos los ámbitos, la educación nos abre la puerta a más y mejores oportunidades. Las finanzas no son la excepción.

Por Gabriel Páez (*)

Hoy quiero adentrarme en el concepto más amplio que dio origen a esta columna: la Educación Financiera.

Es un tema poco conocido para muchos argentinos. Sin embargo, tener información de valor nos permite, entre tantas otras cosas, no perder dinero frente al aumento de la inflación, saber cuál es el verdadero costo de un crédito y si nos conviene o no tomarlo, organizar nuestro presupuesto, ponernos metas para alcanzar un objetivo, y mucho más. Es un área en la que tenemos que capacitarnos para defender ese dinero que ganamos con tanto esfuerzo.

La Educación Financiera fue, por mucho tiempo, una asignatura pendiente en la Argentina y otros países, especialmente de Latinoamérica. Desde el año pasado -y mediante varios proyectos de Ley- se busca que esta materia sea obligatoria en los colegios. 

También desde hace algún tiempo, instituciones públicas y empresas privadas relacionadas al sector financiero (como bancos, reguladores o agentes bursátiles) están involucrándose en dar educación financiera y generar conciencia sobre las ventajas de tener más conocimiento para manejar mejor nuestro capital.

Veamos primero: ¿de qué se trata? De acuerdo a la de definición de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos) , “la Educación Financiera puede ser definida como el proceso por el cual los consumidores/inversores financieros mejoran su conocimiento sobre los productos, conceptos y riesgos financieros y, a través de información, instrucción y/o consejo objetivo, desarrollan habilidades y confianza para adquirir una mayor concientización de los riesgos y oportunidades financieras, para tomar decisiones informadas, para saber dónde acudir para pedir ayuda y adoptar otras medidas efectivas para mejorar su bienestar financiero".

El Banco Central de la República Argentina (BCRA), que tiene también una campaña activa de educación financiera, detalla algunas de las muchas ventajas de recibir una adecuada formación en este plano:

- La Educación Financiera contribuye a la adopción de comportamientos financieros saludables, basados en la planificación financiera personal y familiar y el desarrollo de habilidades y actitudes que permitan alcanzar metas financieras.

 - La Educación Financiera facilita que las personas adquieran los conocimientos, desarrollen las habilidades y las actitudes necesarias para conocer, comparar y seleccionar los productos y servicios financieros que mejor se adapten a sus necesidades y posibilidades.

 ¿Y cómo estamos los argentinos en esta materia?

El tema es clave y merece que todos le prestemos atención. Más Educación Financiera significa más alternativas y más herramientas para proteger los ahorros de variables que en Argentina ya son endémicas, como la inflación y la devaluación del tipo de cambio.

También es la herramienta con la que podemos saber el costo real, por ejemplo, de un crédito. Saber que en ese caso es el Costo Financiero Total (CFT) el que determina cuánto deberemos pagar por ese dinero, y no la Tasa Nominal Anual (TNA), que siempre es más baja (¡y está en letras más grandes en los anuncios!).

Educación Financiera es sinónimo de entender si la tasa de interés que nos ofrecen por un plazo fijo es positiva o negativa en términos reales para nuestro bolsillo, y qué otras alternativas tenemos para mejorar ese número. Familiarizarnos con instrumentos sencillos de inversión, como es el caso de los Fondos Comunes de Inversión (FCI) justamente para proteger nuestro capital.

De acuerdo con la última encuesta que realizó el Banco de Desarrollo de América Latina (CAF) -una institución financiera multilateral cuya misión es apoyar el desarrollo sostenible de los países y la integración regional- Argentina ocupaba el puesto 37 de los 39 países evaluados a nivel mundial sobre educación financiera. A nivel regional, no le iba mucho mejor: Argentina estaba en el último lugar detrás de Chile, Bolivia, Colombia, Ecuador y Perú, según el mismo informe.

Sin embargo, hay claros indicios de que lentamente ese desinterés de la ciudadanía por aprender sobre finanzas e inversiones está cambiando. En los últimos 4 años, desde el comienzo de la pandemia, cada vez más gente se involucra en el tema y busca clases, cursos o webinars para aprender sobre inversiones.

En ese sentido, datos recientes que surgen de una encuesta que realizó a fines de 2021 sobre el tema la UADE, revelan que:

Quienes lograron ahorrar durante 2021, recurrieron poco a la inversión a través del Mercado de Capitales, y la mayoría (52%) optó por comprar y atesorar dólares. Solo un 26% dijo invertir en el Mercado a través de instrumentos como FCI, CEDEARS y acciones, entre otros, y 22% señaló que sólo colocaba sus ahorros en plazos fijos bancarios.

La encuesta, que admitía respuestas múltiples, puso de manifiesto también que un buen porcentaje de argentinos optaron en 2021 por las criptomonedas, quizás desconociendo el riesgo y la alta volatilidad en los precios de este tipo de activos no regulados y solo aptos para inversores con alta tolerancia al riesgo.

Hay mucho por aprender y un largo camino por recorrer. Los beneficios valen el proceso de aprendizaje.

(*) Asesor Financiero certificado por la CNV. Mandatario Nacional del Automotor. Diplomado en Derecho Previsional. Diplomado en Mercado de Capitales. Diplomado en Políticas Públicas y Periodista

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