La neumonía es una infección que afecta a los pulmones y puede presentarse en personas de todas las edades. Sin embargo, bebés, niños pequeños y adultos mayores de 65 años tienen mayor riesgo de desarrollar complicaciones graves, por eso clave prevenirla.
Mantener el calendario de vacunación al día y adoptar hábitos saludables son medidas fundamentales para reducir el riesgo de contraer esta enfermedad.
La neumonía puede estar causada por diferentes virus o bacterias, como el neumococo, y muchas veces se transmite a través del contacto con secreciones respiratorias. Por eso, la prevención resulta clave.
En este sentido, desde el Ministerio de Salud provincial se recuerda que las estrategias más efectivas para prevenir enfermedades respiratorias combinan vacunación y hábitos simples de cuidado diario.
Vacunas gratuitas disponibles en hospitales y centros de salud:
Neumococo: tres dosis en bebés (a los 2, 4 y 12 meses), para adultos con factores de riesgo, quienes tienen enfermedades crónicas o el sistema inmune comprometido, y para adultos mayores de 65 años de edad.
Gripe (Influenza): dos dosis para niños y niñas de 6 a 24 meses. Dosis anual para personal de salud, mayores de 65 años, embarazadas, puérperas y personas con factores de riesgo.
Virus Sincicial Respiratorio: una dosis para embarazadas entre las semanas 32 y 36 de gestación, durante otoño e invierno.
Covid-19: Refuerzos según edad, estado de salud o factores de riesgo.
Quíntuple, Triple Bacteriana y Triple Bacteriana Acelular: Aplicación en diferentes etapas según el calendario (infancia, adolescencia y embarazo).
Además desde la cartera sanitaria se recomienda mantener los siguientes cuidados: lavarse las manos con agua y jabón con frecuencia, sobre todo al regresar de la calle, antes de comer o cocinar, y luego de ir al baño o cambiar pañales.
También ventilar los ambientes todos los días, incluso en días fríos; evitar el humo de tabaco y los espacios cerrados contaminados; mantener una alimentación saludable, buen descanso y adecuada hidratación; cubrirse la boca y la nariz con el codo o un pañuelo al toser o estornudar; no compartir objetos personales como el mate, vasos o utensilios; y evitar la automedicación o el uso de remedios caseros sin indicación médica.
Ante fiebre, tos o dificultad para respirar, es importante consultar lo antes posible en el centro de salud más cercano.