“Traful” fue liberado ayer martes 19 en la Seccional Traful del Parque Nacional Nahuel Huapi, luego de varios meses de rehabilitación en aislamiento humano en el Bioparque Temaikén, en Escobar, provincia de Bs. As., donde el equipo técnico, llevó a cabo un complejo protocolo que permitió eliminar el tóxico de su cuerpo. Allí se le realizaron análisis y dos tratamientos de quelación que se sumaron al que había recibido tras su rescate en el Parque Nacional Nahuel Huapi. Los veterinarios también le hicieron una biopsia de hueso y temporalmente se le disminuyó la dieta para generar una reacción que ayudara a liberar el plomo a sangre y poder extraerlo en la quelación. También se monitoreaban periódicamente sus niveles de plomo en sangre.
En cuanto al momento de liberación, esta se realizó en una zona elevada de la seccional Traful, en el cerro Negro en el Mirador del Naso, al límite con la población Calfueque dentro del Parque Nacional Nahuel Huapi. El cóndor arribó en avión el lunes 18 y quedó a resguardo en la Dirección Regional Patagonia Norte (DRPN) de APN.
El martes a primera hora el equipo conformado por personal del Parque Nacional Nahuel Huapi, la DRPN y la Brigada de Control Ambiental del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible de Nación, se trasladó a Traful, donde se encontraban los Guardaparques y brigadistas de la zona norte, el guía de Kayak Maximiliano Solohaga, la veterinaria Martina Picotto, y la etóloga María Loreto Campbell, quienes fueron los que evacuaron en primera instancia al cóndor del lago en el mes de abril y le realizaron las primeras atenciones junto al veterinario Pablo Plaza y el personal del Parque Nacional.
Desde Villa Traful, con especial cuidado, se trasladó el equipo en camionetas unos 5 kilómetros hacia arriba hasta la Población Calfueque, a quienes se agradece su colaboración, y desde ese punto a pie se subió unos 4 kilómetros por un sendero hasta llegar a unas rocas en el mirador.
Durante el momento de la liberación “Traful”, luego de salir del cannel (caja transportadora de animales), se mostró tranquilo, observó el entorno y durante varios minutos pudo extender sus alas y fue reconociendo el lugar. Finalmente, se trasladó muchos metros hacia una zona rocosa, y al encontrar un lugar propicio y seguro se lanzó a volar, momento cautivante para todos los presentes y sin duda para quienes durante meses tuvieron a resguardo y rehabilitando a este ejemplar. El cóndor, al encontrar una corriente ascendente subió a gran altura, hasta desaparecer en las montañas. Este maravilloso momento tuvo la compañía de otros cóndores que se acercaron al lugar.
Estas experiencias únicas, donde el trabajo interinstitucional, sinérgico y sostenido en el tiempo por los cuerpos técnicos y el acompañamiento de las instituciones, remarcan y profundizan la importancia de trabajar en pos del cuidado del ambiente, valorando los objetivos por los cuales los agentes de conservación de todos los sectores junto a la sociedad y vecinos suman cada uno desde su rol para la protección de la naturaleza.
Se agradece especialmente a todas las personas e instituciones que fueron parte de este proceso: al guía de Kayak Maximiliano Solohaga, la veterinaria Martina Picotto, y a la etóloga María Loreto Campbell, , el veterinario Pablo Plaza, los profesionales del Bioparque Temaikèn, la Brigada de Control Ambiental del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible de Nación, Aerolíneas Argentinas, al personal de Parques Nacionales y a la población Calfueque.