La Sociedad Argentina de Pediatría (SAP) ha emitido un nuevo comunicado en el que expresa su profunda preocupación por la persistente crisis en el ejercicio profesional de la pediatría en todo el país. A pesar de las advertencias previas, la situación no ha mejorado y continúa agravándose, afectando directamente la atención médica de niños, niñas y adolescentes.
Según el comunicado, los servicios de pediatría en hospitales públicos y centros de salud están desbordados, con guardias sin cubrir y vacantes en residencias que no logran completarse. La sobrecarga laboral, los bajos salarios y la falta de condiciones adecuadas están empujando a muchos profesionales fuera del sistema público, debilitando aún más la estructura sanitaria.
La SAP destaca que más del 50% de las residencias pediátricas y de especialidades no pueden completar su planta mínima, y muchos servicios de pediatría, neonatología y terapia intensiva pediátrica han quedado devastados en los últimos años, sin profesionales para cubrir las guardias. Esta situación ha llevado al cierre de algunos servicios y a un éxodo de especialistas hacia ámbitos mejor remunerados.
La formación de un pediatra en Argentina requiere aproximadamente 10 años para la pediatría general y 12 años para una subespecialidad. Sin embargo, este esfuerzo no es debidamente remunerado, y alrededor del 70% de los profesionales se ven obligados a desempeñarse en múltiples empleos simultáneamente. Esta dinámica genera insatisfacción, estrés personal y laboral, y limita el tiempo destinado a la formación, la investigación y la docencia.
La SAP ha solicitado una entrevista con las autoridades del Ministerio de Salud de la Nación y acompaña los reclamos que surgen desde cada región del país. Reitera su pedido a las autoridades municipales, provinciales y nacionales para que se adopten medidas concretas que reviertan esta realidad. La entidad enfatiza que no hay salud infantil posible sin pediatras bien formados, bien cuidados y justamente valorados.
La crisis también se refleja en el Hospital Garrahan, el mayor centro de salud pediátrica de Argentina, donde el personal médico ha protestado contra los recortes del gobierno, denunciando una crisis financiera que afecta gravemente sus salarios y el funcionamiento del hospital. Los médicos residentes, que ganan menos del costo de la canasta básica familiar, son los más perjudicados, con una pérdida salarial del 53% desde diciembre de 2023.
La SAP insta a las autoridades responsables de las políticas públicas y privadas de salud a reconocer la importancia de la pediatría y a sus profesionales como un recurso esencial para el bienestar de la sociedad. Exige soluciones urgentes que garanticen condiciones laborales dignas y remuneraciones justas para los pediatras, asegurando así un futuro saludable para las futuras generaciones.
La entidad concluye su comunicado con un llamado a la acción: "Por una niñez y adolescencia sanas, en un mundo mejor". La SAP reitera su compromiso con los profesionales y con las familias argentinas, y continuará trabajando activamente para poner en la agenda nacional la crisis del ejercicio profesional de la pediatría.
La situación actual representa una amenaza directa al sistema de salud infantil en Argentina. La falta de medidas concretas para abordar esta crisis podría tener consecuencias devastadoras para la atención médica de las futuras generaciones.
Es imperativo que las autoridades actúen de manera inmediata y efectiva para garantizar que los pediatras reciban el apoyo y reconocimiento que merecen, y que los niños, niñas y adolescentes del país tengan acceso a una atención médica de calidad.
La crisis de la pediatría persiste: una preocupación que se extiende
Hace pocos meses, diciembre del 2024 desde la Sociedad Argentina de Pediatría se emitió un documento para alertar sobre la profunda crisis en el ejercicio profesional de la pediatría en todo el país. Lamentablemente, el tiempo transcurrido no ha traído mejoras sustanciales.
Por el contrario, seguimos recibiendo múltiples comunicaciones desde hospitales públicos y centros de salud de distintas provincias, que dan cuenta de un panorama alarmante: servicios de pediatría desbordados, guardias sin cubrir, vacantes en residencias que no logran completarse y un creciente desánimo entre los profesionales.
La situación no solo continúa, sino que se expande geográficamente y se agudiza en su impacto. La sobrecarga laboral, los bajos salarios y la falta de condiciones adecuadas para el ejercicio de la pediatría están empujando a muchos profesionales fuera del sistema público, debilitando aún más la estructura sanitaria que atiende a niños, niñas y adolescentes.
Insistimos, una vez más, en la necesidad de adoptar medidas concretas para revertir esta realidad. No hay salud infantil posible sin pediatras bien formados, bien cuidados y justamente valorados. La pediatría es un pilar del sistema de salud, y su deterioro compromete directamente el presente y el futuro de nuestra niñez.
Desde la Sociedad Argentina de Pediatría renovamos nuestro compromiso con los profesionales y con las familias argentinas para lo cual hemos solicitado una entrevista con las autoridades del Ministerio de Salud de la Nación.
Acompañamos los reclamos que surgen desde cada región del país y reiteramos nuestro pedido a las autoridades municipales, provinciales y nacionales: cuidar a los que cuidan es una prioridad impostergable.
"Por una niñez y adolescencia sanas, en un mundo mejor."
Comisión Directiva Sociedad Argentina de Pediatría
A continuación, el comunicado completo emitido en el mes de Diciembre de 2024:
La crisis en el ejercicio profesional de la pediatría ¿Quién cuida a los que cuidan a nuestros niños y adolescentes?
La Sociedad Argentina de Pediatría ve con gran preocupación la situación crítica que viene atravesando la salud pública infantil en general y en especial, el ejercicio profesional del pediatra en todo el país.
La pediatría y sus diversas especialidades han experimentado en nuestro país un extraordinario desarrollo a lo largo de su historia. Desde el siglo XIX en adelante, su evolución ha sido constante en términos de conocimiento, tecnología y enfoque, siempre en pos de brindar un cuidado integral a los niños, niñas y adolescentes (NNyA). Dentro de los hitos de la especialidad puede mencionarse la fundación de la Sociedad Argentina de Pediatría en 1911, de las más antiguas del mundo; la labor de referentes históricos como Ricardo Gutiérrez, Pedro de Elizalde, Alfredo E. Larguía, Juan P. Garrahan, Florencio Escardó, Carlos Gianantonio y Humberto Notti, entre otros; el temprano establecimiento de hospitales pediátricos y hospitales generales con servicios de pediatría públicos y privados que, asimismo, han funcionado como centros de formación. Y más cerca en el tiempo, la inauguración del Hospital Garrahan en 1987, que marcó un antes y un después gracias a una concepción innovadora en el cuidado de la salud infantil.
La gran mayoría de los pediatras del país se han formado en el sistema público de salud a través del sistema de residencias médicas y han llevado su conocimiento y experiencia a todo el territorio nacional. Asimismo, cabe señalar que más del 60% de los 20.000 socios que conforman la SAP, son pediatras que hoy se desempeñan en hospitales públicos de diversas regiones del país.
A lo largo de las décadas, numerosos médicos han contribuido a que la pediatría argentina tenga unidad y dimensiones inigualables. El pediatra es especialmente valioso dentro de la esfera de atención médica, pues su labor trasciende al paciente, incluyendo al grupo familiar ampliado. NNyA, padres y abuelos conforman el escenario de atención de la especialidad.
Un pediatra deposita muchos años en su formación de grado y posgrado, esfuerzo y trabajo, aproximadamente 10 años para la pediatría general y 12 años para una subespecialidad, años que luego no son debidamente remunerados.
Resulta especialmente doloroso ver que, pese a los logros y reconocimientos alcanzados, la pediatría argentina enfrenta hoy desafíos significativos y preocupantes en un contexto de crisis económica, sanitaria y vocacional. No es un dato menor que el trabajo del pediatra esté subvalorado, como lo evidencian salarios que, en alrededor del 70% de los casos, obligan a los profesionales a desempeñarse en múltiples empleos simultáneamente.
Esta situación genera insatisfacción, estrés personal y laboral, además de limitar el tiempo y los recursos destinados a la formación, la investigación y la docencia. A ello se suma la escasez de tiempo para la vida familiar y el esparcimiento personal, lo que agrava el estrés y expone al profesional a frustración y pérdida de motivación hacia su vocación.
Es alarmante la disminución del número de pediatras activos en nuestro sistema de salud, algo que inevitablemente conlleva al lento pero constante deterioro de lo construido durante tantas generaciones. Hoy más del cincuenta por ciento de las residencias pediátricas y de especialidades no pueden completar su planta mínima. Muchos servicios de pediatría, neonatología y terapia intensiva pediátrica a lo largo del país han quedado devastados en los últimos años, sin profesionales para cubrir las guardias, que en algunos casos han tenido que cerrar. También vemos un éxodo de especialistas hacia ámbitos mejor remunerados. Las consecuencias serán enormes para el sistema de salud, especialmente para la niñez, la adolescencia y sus familias. Años de decisiones tomadas sin entender y escuchar las necesidades del ejercicio profesional pediátrico ocasionaron, al menos en parte, esta situación.
La Sociedad Argentina de Pediatría viene trabajando activamente en poner en la agenda nacional la crisis del ejercicio profesional de la pediatría, con todos los recursos disponibles: comunicados periodísticos en medios gráficos, radiales y televisivos, gestiones con autoridades de gobiernos nacionales, provinciales y municipales, reuniones con autoridades universitarias y colegios médicos, webinars, información para profesionales y encuestas a cargo del Comité de Ejercicio Profesional entre otros, con el objetivo de plantear la necesidad de mejorar las condiciones laborales y la baja remuneración percibida, reivindicando la dignidad en el ejercicio profesional.
La SAP respalda y colabora activamente en la federalización de los movimientos impulsados por pediatras en distintas regiones del país, quienes han comenzado, de manera gradual, a revalorizar o poner en valor la vocación médica. Asimismo, insta a las autoridades responsables de las políticas públicas y privadas de salud, en todos los niveles, a reconocer a la pediatría y a los profesionales que la ejercen como un recurso esencial para el bienestar de toda la sociedad.
El futuro de la pediatría en todas sus dimensiones, con un impacto directo en la atención de niños, niñas y adolescentes, demanda soluciones urgentes que garanticen a los pediatras del país condiciones laborales y remuneraciones acordes a su formación y compromiso. Solo de esta manera podremos asegurar un porvenir saludable para las generaciones futuras. El momento de actuar es ahora.
Por una niñez y adolescencias sanas, en un mundo mejor.
Comisión Directiva Sociedad Argentina de Pediatría
Ciudad de Buenos Aires, 3 de diciembre de 2024