En 1989 el ingeniero Pedro Salvatori, por entonces gobernador del Neuquén, llamó a concurso para la selección de la letra y música que constituirían el Himno Provincial. Un tema compuesto por Osvaldo Arabarco y Marcelo Berbel fue elegido a tal fin por un jurado integrado por dieciocho personas y, mediante decreto 2764 del 23 de agosto de ese año, se erigió como uno de los símbolos provinciales.
“Neuquén, Trabun Mapu” (Neuquén, Tierra de Encuentro) es la neuquinidad hecha himno, un poema que recorre la geografía de la provincia y contempla la identidad de su gente. La elección de las palabras y la música hablan del territorio, de los pobladores y de aquello que caracteriza a la provincia: un compromiso que trasciende las fronteras y abre los brazos a quienes quieran venir a ser parte de esta tierra.
Antes de ser adoptada como Himno oficial de la Provincia, la canción se estructuraba en torno a cuatro estrofas y un estribillo y la partitura original había sido compuesta para guitarra con una intervención de tahiel (canto tradicional mapuche) en el estribillo. Al reglamentarse la Ley de creación del Himno, el Poder Ejecutivo Provincial estableció que en los actos oficiales se cantaran los dos primeros párrafos y el estribillo.
La decisión de instaurar el 1 de marzo como Día del Himno de la Provincia de Neuquén surgió en 2016, en homenaje a Osvaldo Arabarco quien falleció ese día del año 2015.
La enseñanza del Himno Provincial y del Himno Nacional Argentino en Lengua de Señas Argentina está contemplada desde 2022 en todos los niveles educativos.