El SENASA dejará de tener el control de las barreras zoofitosanitarias por decisión del Gobierno Nacional, que de esta manera allana el camino a la re privatización de una función esencial del Estado, poniendo en riesgo la calidad alimentaria de los argentinos y las exportaciones de carnes, frutas y verduras a 55 mercados internacionales.
Las autoridades intentan adoptar la peor de las soluciones alternativas y trabajan en el regreso de la Fundación Barreras Patagónicas (FUNBAPA), el consorcio privado que desde la década del ‘90 y hasta 2015 mantuvo el control operativo de las barreras zoofitosanitarias con graves denuncias de corrupción y desidia, malversación de fondos y precarización laboral extrema. A punto de quebrar, la entidad privada había comenzado a pagar salarios en cuotas y puso al país al borde las sanciones internacionales.
Gracias a la pelea que libró la Asociación Trabajadores del Estado (ATE) durante esos años, en 2015 el SENASA retomó esas funciones y logró el traspaso de 350 trabajadores al organismo con aumento salarial, licencias, percepción de zona desfavorable, carrera y estabilidad laboral. Bajo la órbita del Estado, se recuperaron mercados internacionales y su tarea fue distinguida por los Estados Unidos, Japón y la Unión Europea.
“La reprivatización del control de aftosa y plagas en frutas y verduras, del paso de animales a pie y carne con hueso es un gravísimo retroceso que los trabajadores del organismo no vamos a permitir”, dijo Walter Wertmuller, delegado de ATE en el SENASA en Río Negro, que agregó: “Por estas horas evaluamos las medidas de resistencia, como hemos adoptado en 2013, 2014 y 2015, con corte de rutas, ocupación de edificios públicos y la paralización total de las exportaciones”.
Este miércoles el FUNBAPA designaría nuevas autoridades para la transición, que ATE Río Negro califica de escandalosa y por la que apunta a las autoridades rionegrinas que meses atrás habían rechazado de plano, junto a la Federación de Entidades Rurales de la provincia, cualquier cambio.
El manejo fraudulento de la FUNBAPA llegó hace diez años a las tapas de los principales diarios. Decenas de empresas locales fueron beneficiadas gracias a los acuerdos corruptos que tejían con las autoridades de la fundación. El descontrol administrativo puso en riesgo el control alimentario y las exportaciones. El consorcio cobraba y el Estado se hacía cargo de las deudas.