En la jornada de este domingo 29 se realizó en Bariloche una concentración en el Centro Cívico en rechazo a la derogación de la Ley anticianuro en Río Negro ocurrida hace 13 años atrás y que permitió allanar el camino para el actual avance de los proyectos mineros en la provincia. "Estamos defendiendo el agua para nosotrxs y las futuras generaciones" fue la premisa de la convocatoria con "mucha conciencia para defender el agua y los territorios".
En el documento leído durante el acto se denunció que "desde el gobierno, se está modificando la matriz productiva, cuyo viraje apunta a la priorización de la actividad minera".
¡NI EN CALCATREU NI EN VALCHETA PASARÁN LAS MINERAS!
Desde 2011 el gobierno provincial adoptó la costumbre de otorgar regalos de mal gusto al conjunto del pueblo rionegrino. El 29 de diciembre de aquel año, en una sesión legislativa que quedó en la historia por su carácter espurio y traicionero, la bancada oficialista derogó la Ley Anticianuro que desde el año 2005 estuvo en vigencia, norma que habíamos logrado después de varios años de movilizaciones en defensa del agua y los territorios, que prohibía la utilización de mercurio y cianuro en la actividad minera. Por entonces, era presidente de la Legislatura Alberto Weretilneck.
Un año atrás y antes aún de asumir un nuevo mandato como gobernador, el socio de las corporaciones aprovechó que las miradas se dirigían a Buenos Aires y al nuevo gobierno nacional para modificar el régimen de tierras fiscales y el código minero, siempre a espaldas del pueblo Mapuche-Tehuelche, de las asambleas y demás comunidades.
2024 no es una excepción: de nuevo entre las distracciones que suponen las fiestas de fin de año, el Superior Tribunal de Justicia declaró inconstitucional el plebiscito que se impulsaba en Ingeniero Jacobacci para ver si efectivamente, el Proyecto Calcatreu cuenta con licencia social. La determinación evidencia una vez más que los Tribunales no guardan independencia alguna con el poder político y económico y ratifica que el gobierno de Juntos Somos Río Negro manipula las normas a su antojo, porque si Calcatreu está fuera del ejido municipal de la localidad como ahora se argumenta, ¿para qué llevó adelante a mediados de año una audiencia pública de fuerte carácter vecinal? Maniobras tan burdas demuestran que en la provincia nos acercamos a un gobierno de las corporaciones y que la democracia es cada vez más una fachada cómplice.
Estas definiciones políticas fundamentan nuestro repudio a las acciones políticas que viene llevando adelante el gobierno provincial, desde el apoyo a la Ley Bases, la firma del Pacto de Mayo y la implementación del RIGI. Lo hemos expresado en asambleas y congresos sindicales, como así también, en conferencias de prensa y entrevistas de los diferentes medios de comunicación locales y provinciales.
Nos encontramos en un contexto, en el cual, desde el gobierno, se está modificando la matriz productiva, cuyo viraje apunta a la priorización de la actividad minera. Este escenario no se produce en tiempos acotados, por el contrario, requiere de un plan de acción y una planificación anticipada. Para “tener la licencia social” que justifique al gobierno las diferentes tareas que se están realizando en los supuestos territorios de sacrificio, como en nuestra Línea Sur, presentan en un Manual de 5to grado, los amplios beneficios de la megaminería. A lo largo de la provincia, van eligiendo escuelas donde “con bombos y platillos”, el gobernador Weretilneck y la ministra de Educación, Patricia Campos presentan y entregan a les estudiantes, frente a las comunidades educativas, los nuevos manuales en los que los contenidos curriculares en relación a “los recursos naturales” se relacionan con la megaminería.
Pero la renovada ofensiva extractivista no es un asunto de pago chico. El gobierno que se vanagloria de socavar al sector público en beneficio del capital anunció días atrás el lanzamiento del Plan Nuclear Argentino, que incluye la explotación de yacimientos de uranio. Como nadie en las altas esferas da puntada sin hilar, a comienzos de diciembre supimos que un encumbrado empresario cuyos negocios se multiplicaron durante los 90, se hizo de la propiedad del proyecto de uranio y vanadio Ivana, sito en cercanías de Valcheta.
El nombre de la localidad tiene resonancias históricas muy tristes para el pueblo Mapuche-Tehuelche, porque allí funcionó un campo de concentración que desnuda el carácter genocida de la Campaña al nunca existente Desierto. Como un siglo y medio atrás, la sociedad indisoluble que conforman los andamiajes estatales y las empresas capitalistas insiste en arrinconar a las comunidades. Ayer fueron las estancias de los latifundistas las que se beneficiaron del despojo, hoy son las corporaciones extractivistas de diverso cuño que profundizan el latrocinio. La minería que demanda la actividad nuclear también es extractivista, altamente contaminante y proveedora de una industria que ya dio sobradas muestras de su peligrosidad.
Aunque el Poder Judicial de Río Negro nunca la aplicó acabadamente y el gobierno se ocupó especialmente por dejar inconcluso el Relevamiento Territorial que dispuso, la ofensiva nacional y provincial se corona con la reciente derogación de la Ley 26.160, que suspendía desalojos en los juicios que tuvieran a comunidades indígenas como partes. Más allá de la vigencia de otras normas que todavía salvaguardan la posesión de las tierras que tradicionalmente ocupan, se trata de otro golpe artero contra los derechos territoriales del pueblo Mapuche-Tehuelche. Su perpetración no es casual, porque más allá de la exitosa cooptación que lograron Weretilneck y sus personeros en una de las comunidades vecinas a Calcatreu, las maneras mapuches de entender los territorios, la vida y la economía son antagónicas a la lógica destructora del capitalismo realmente existente, asuma ropajes neoliberales o progresistas.
Porque el agua vale más que el oro y también que el uranio, porque cada arroyo, cañadón o cerro tienen newen, porque no hay futuro alguno en un sistema que nos conduce hacia el colapso local, regional y global, volvemos a decir que la megaminería no tiene licencia social.
Dos años atrás las comunidades avisaron que cerraban sus tranqueras a los empleados de las mineras y así permanecerán. El único camino posible que tienen las compañías en Río Negro es irse.
Agua para los barrios, ¡no para las mineras!
Agua para las escuelas, ¡no para las mineras!
Agua para las huertas, ¡no para las mineras!
Agua para los campos, ¡no para las mineras!
¡No pasarán!
En Furilofche, 29 de diciembre de 2024.
Pu Pichike Choike; Espacio de Articulación Mapuche y Construcción Política (Espacio Asambleario Autónomo); Coordinadora del Parlamento Mapuche Tehuelche de Río Negro; Organización Ecologista Piuke (Espacio Asambleario Autónomo); Colectivo Kultrunazo; Cooperativa La Teja y UNTER Seccional Bariloche.
Con la adhesión de:
Asamblea en Defensa del Agua y el Territorio de Wawel Niyeo (Ingeniero Jacobacci); Lof Che No a la Mina; Lof Che Buenuleo; Ni unx menos Furilofche; Asamblea de Poetas Bariloche - Dina Huapi; Agrupación Alma Mestiza (Dina Huapi) y Lof Ancalao.
#NoEsNo