Se trata del primer relevamiento que incluye al total de ocupados. Sobre este conjunto, la informalidad laboral asciende al 42% y sube a casi al 60% en los trabajadores y trabajadoras de menos de 29 años. También se incluyen datos sobre la informalidad a nivel sectorial y según las distintas modalidades de inserción en la estructura ocupacional.
La informalidad afecta con mucha mayor intensidad a los jóvenes. Casi el 60% de los ocupados menores de 29 años no tienen aportes al Sistema de Seguridad Social. Este dato era previsible, pero no por ello deja de ser preocupante.
La informalidad laboral roza el 80% en el trabajo en casas particulares y en la construcción, sectores que históricamente han presentado los niveles más altos de falta de registro. En la otra punta, Enseñanza y Servicios Sociales y de Salud tienen las tasas más bajas (13,3% y 24,8% respectivamente).
El informe del INDEC trae otras perlitas. Uno de cada seis asalariados informales tiene aportes propios (el 5,9% del total de asalariados). ¿Empleadores que encubren relaciones laborales exigiendo a los trabajadores que se inscriban, y paguen, el monotributo? ¿Cuánto pesará la precarización en el sector público en ese total?
Dos de cada tres ocupados informales trabaja en establecimientos de hasta 5 personas, la mayoría de ellos seguramente de muy baja productividad. Este dato por sí solo basta para mostrar lo difícil que es reducir sustancialmente los niveles de no registro.
Dentro de los asalariados formales, apenas el 3,8% de los encuestados declararon que su recibo no cubre la totalidad de su salario. El registro parcial no parecería ser un problema tan significativo.
Informe completo acá: La informalidad laboral en el total de ocupados (4º trimestre 2024)