Todos los años, la semana mundial de sensibilización sobre el consumo de sal se lleva a cabo la tercera semana de mayo. Esta iniciativa busca generar conciencia en la población respecto del uso excesivo de sal y sus consecuencias en la salud como la hipertensión arterial, enfermedades renales y eventos cardiovasculares. Este año, el lema es “Es hora de poner el foco en la sal” en referencia a la sal «oculta» (sodio) que se encuentra en muchos productos procesados y ultraprocesados.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el consumo recomendado de sal no debe superar los cinco gramos por día (una cucharadita pequeña). Sin embargo, en nuestro país, el consumo promedio oscila entre los 10 y los 12 gramos por día, siendo los alimentos ultraprocesados o procesados la principal vía de ingesta diaria de sal.
Actualmente, en nuestro país existen políticas para reducir el consumo de sal y leyes que lo regulan como la Ley N° 26905 de Promoción de la Reducción del Consumo de Sodio en la Población y la Ley N° 27642 de Promoción de Alimentación Saludable.
La primera fija los límites de sodio que pueden tener los alimentos envasados, limita el uso de saleros en la mesa de establecimientos gastronómicos y dispone que haya menús de comidas sin sal agregada, entre otras normativas.
Mientras que la segunda garantiza el derecho a la salud y a una alimentación adecuada, a informar al consumidor con claridad y advertir sobre los excesos en algunos componentes. A partir de esta ley se implementa el etiquetado frontal, a través de sellos de advertencia.
La aplicación de los octógonos se realiza en los alimentos envasados y bebidas sin alcohol y advierten sobre los excesos de: azúcares, sodio, grasas saturadas, grasas totales, calorías; y con leyendas precautorias respecto de si contiene edulcorantes y cafeína.
En Neuquén además funciona el Comité de Alimentación Saludable Provincial (CASP), dependiente de la Dirección de Promoción de la Salud de la cartera sanitaria, con la participación de referentes de cada una de las zonas sanitarias y del Banco de Leche Humana.
Este equipo se reúne mensualmente y conforma grupos de debate para construir consensos, sugerir y asesorar sobre acciones y políticas públicas relacionadas con la alimentación saludable, nutrición y prevención de enfermedades, como la hipertensión arterial.
En relación al etiquetado frontal en los envases de productos de consumo, el CASP destacó que es una oportunidad para trabajar en diferentes acciones de educación para la salud y promover desde una mirada reflexiva y crítica que las personas puedan ejercer su derecho de consumidores a tener información clara, accesible y veraz. Dentro de las proyecciones se plantea fortalecer la regulación y aplicación de la ley como medida para disminuir las enfermedades no transmisibles, y generar nuevas estrategias que promuevan la alimentación saludable de la población.
Este año, la semana pone el foco en la sal «oculta» (sodio) que se encuentra en muchos productos procesados y ultraprocesados. Por ese motivo, es importante diferenciar entre la sal visible e invisible. Mientras que la sal visible es la que se añade en la preparación de alimentos o en el plato ya servido, la sal oculta es la que se consume en productos procesados y ultraprocesados, por ejemplo, conservantes, saborizantes y leudantes químicos. Esta forma invisible de consumo es justamente la responsable del 70 % del sodio que ingerimos cada día.
Ante este escenario es importante fomentar distintas estrategias para que las personas puedan aprender a leer toda la información de las etiquetas de los productos y dispongan, a su vez, de la información necesaria para tomar las decisiones alimentarias que ayuden a cuidar su salud.
La aplicación del octógono de “Exceso en Sodio” significa que al alimento se le adicionó este nutriente crítico, superando los límites definidos por el marco normativo que se basa en el Sistema de Perfil de Nutrientes de la OPS.