Enfermeros y médicos autoconvocados de Bariloche, que desde la semana pasada realizan un paro por tiempo indeterminado por considerar “insuficiente” la oferta salarial del gobierno provincial, realizaron en la mañana de este miércoles el “velorio” de la Salud Pública rionegrina, una actividad simbólica que se replicó en distintas localidades del distrito.

En una región en la que el costo de vida es sensiblemente superior a la del resto del país, los sueldos del sector rondan los 350 mil pesos para los licenciados en Enfermería y 570 mil para los médicos ingresantes, mientras que las sumas no remunerativas representan el 70% del salario, según denuncian los trabajadores.

Desde esa premisa, un importante grupo de trabajadores se manifestó frente al único hospital público de la ciudad cordillerana para denunciar que “sin salarios dignos no hay trabajadores, sin trabajadores no hay hospital, sin hospital no hay salud pública”.

Además, y en el contexto del paro, los trabajadores de Enfermería comenzaron en la mañana de este miércoles a implementar la “medida extrema” de no atender el servicio de guardias.

Mientras en Bariloche la medida de fuerza es por tiempo indeterminado, a nivel provincial se transita el segundo día de un paro de salud de 72 horas, acompañado de acampes que en algunos casos llevan varios días y manifestaciones en más de 15 ciudades, entre ellas Viedma, General Roca, Cipolletti y San Antonio Oeste.

La semana pasada, en el marco de las paritarias estatales, el gobernador Alberto Weretilneck anunció que “ningún trabajador público va a ganar menos de 500.000 pesos”, y su Administración ofreció además un bono extraordinario de 60.000 pesos.

Pero “estamos viendo que esos 500.000 pesos tampoco superan el índice de la canasta básica y tampoco superan la inflación que venimos sufriendo, que nos viene ahogando día a día”, denunció a SomosTelam Alicia Santibañez, enfermera del hospital y delegada de la Asociación Sindical de Salud Pública de Río Negro (Asspur).

“También estamos exigiendo, sobre todo acá en el área sur, que haya una diferenciación en los salarios porque no es lo mismo vivir y trabajar en el valle que vivir y trabajar acá” en Bariloche, donde “entre otras cosas tenemos una crisis habitacional por la que el costo del alquiler no baja de los 350 mil o 450 mil pesos, entre los más baratos y los más precarios”, señaló la trabajadora, que integra la Comisión Directiva de Asspur en la provincia. 

Parte de la oferta salarial fue un aumento del “100% en puntos de guardia, lo que significa que vamos a tener que vivir como esclavos acá adentro. Para nosotros no es una oferta una oferta razonable y mucho menos estable. Nosotros queremos un sueldo digno”, señaló.

La gota que rebalsó el vaso y llevó a extremar el conflicto fue la decisión del gobierno provincial de no convocar a Asspur a una mesa de diálogo con el Ministerio de Salud para tratar los reclamos puntuales del área, a la que sí se convocó a ATE y UPCN.

“Hemos tenido una reunión con la ministra de Salud donde se comprometió a hacer la gestión pertinente para que Alberto Weretilneck nos reciba y nos dé la posibilidad de estar en la mesa de negociación, y bueno, esto no se llevó a cabo todavía”, cuestionó Santibañez. 

“Estamos exigiendo una mesa de diálogo y una mesa paritaria sectorial”, continuó la dirigente del gremio que, según precisó, tiene “más de 2.000 afiliados de los 9.000 trabajadores” del sector.

Los empleados de la salud pública comparan su situación salarial con la de la vecina provincia de Neuquén donde, según aseguran, “un enfermero recién ingresado está (cobrando) alrededor de un millón de pesos”, casi el triple que en Río Negro.

Esta situación conduce a una lenta sangría del sistema de salud, denuncian sus trabajadores, y aseguran que solo en Bariloche se han ido del hospital 180 trabajadores después de la pandemia.

“Cada vez son más las personas que tienen que pedir asistencia al hospital público porque no pueden pagar la prepaga, porque se quedaron sin su obra social, porque perdieron su trabajo”, explicó Santibañez. 

Y lamentó: “Estas personas van a venir indispensablemente al hospital público y no le podemos dar respuesta a quien no tiene obra social, que es para quien en principio estábamos trabajando”. (SOMOSTELAM)