El presidente Javier Milei emprendió en los últimos días la gira internacional más extensa desde que asumió el gobierno. El itinerario, que abarca casi diez días, lo llevó por Italia, España, Francia e Israel, en una agenda cargada de actos políticos, encuentros diplomáticos y gestos simbólicos que refuerzan su perfil ideológico en el plano global. Mientras tanto, en Argentina, se profundiza el malestar social por los efectos del ajuste económico, se agudizan los conflictos gremiales, y se espera con tensión un posible fallo de la Corte Suprema sobre la situación judicial de la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner.

La gira comenzó en Roma con un encuentro clave con la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, una aliada natural en el tablero europeo. La reunión se dio en el marco de la firma de un memorándum entre YPF y la empresa estatal ENI para la exportación de gas licuado, una apuesta para posicionar a Vaca Muerta en el mercado energético internacional. Desde allí, Milei se trasladó al Vaticano, donde fue recibido por el papa.

La Oficina de Prensa de la Santa Sede informó que, este sábado, 7 de junio, “el Papa León XIV ha recibido en audiencia, en el Palacio Apostólico del Vaticano, al Presidente de la República Argentina, Javier Gerardo Milei, quien posteriormente, se ha reunido con el cardenal Pietro Parolin, Secretario de Estado, acompañado por monseñor Mirosław Wachowski, Subsecretario para las Relaciones con los Estados.

Asimismo, en el Comunicado de la Santa sede se dió a conocer que, “durante las cordiales conversaciones mantenidas en la Secretaría de Estado, se reiteró el mutuo aprecio por las sólidas relaciones bilaterales y la voluntad de reforzarlas aún más”. Seguidamente – se lee en el Comunicado – se abordaron cuestiones de interés común, entre ellas la evolución socioeconómica, la lucha contra la pobreza y el compromiso en favor de la cohesión social.

Luego, el presidente voló a Madrid, donde participó como principal orador en la clausura del Madrid Economic Forum, organizado por el Instituto Juan de Mariana. Fiel a su estilo, pronunció un encendido discurso contra el socialismo y apuntó directamente contra su par español, Pedro Sánchez, a quien volvió a acusar de ser “un autoritario con delirios totalitarios”. También recibió el premio “Escuela de Salamanca” y se reunió con empresarios y dirigentes opositores venezolanos, en un claro gesto político hacia los sectores más duros de la derecha iberoamericana.

La siguiente escala fue en Francia, donde mantuvo un encuentro bilateral con el presidente Emmanuel Macron. Allí se discutieron posibles acuerdos de cooperación en áreas clave como la minería, la energía nuclear y el ingreso de Argentina a la OCDE. La reunión tuvo lugar en Niza, en el marco de la conferencia internacional sobre los océanos organizada por Naciones Unidas.

Pero fue en Israel donde Milei desplegó su faceta más personal y simbólica. Visitó lugares sagrados como el Muro de los Lamentos y el Santo Sepulcro, se reunió con familiares de rehenes secuestrados por Hamás y mantuvo encuentros con el presidente Isaac Herzog y el primer ministro Benjamín Netanyahu. Además, brindó un discurso ante la Knéset —el Parlamento israelí—, ofreció una conferencia en la Universidad Hebrea y participó de la inauguración del primer vuelo directo entre Buenos Aires y Tel Aviv.

Mientras el presidente cosechaba reconocimientos y promovía su ideología libertaria en el extranjero, en Argentina la situación se volvía cada vez más delicada. Las protestas sociales se intensificaron en distintos puntos del país, en rechazo al ajuste fiscal, la paralización de la obra pública y los despidos en organismos estatales. En los días en que Milei estuvo fuera, la Asociación de Pilotos (APLA) anunció un paro que afectó vuelos nacionales, en reclamo por la pérdida del poder adquisitivo y el desfinanciamiento de Aerolíneas Argentinas. La medida coincide con la gira presidencial y dejó en evidencia el creciente malestar de los gremios frente a las políticas del Ejecutivo.

Además, organizaciones de derechos humanos y feministas expresaron su preocupación por los dichos del oficialismo sobre la posibilidad de derogar la ley de aborto legal, mientras persisten las denuncias por recortes en educación, ciencia y salud pública. En el plano judicial, la atención está puesta en la inminente resolución de la Corte Suprema de Justicia en una causa clave que involucra a la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner. El máximo tribunal debe decidir si convalida o anula su condena por administración fraudulenta en la causa Vialidad. El fallo, que podría impactar de lleno en el clima político del país, se conocería mientras el presidente aún se encuentra en el exterior.

El regreso de Milei al país lo encontrará con múltiples frentes abiertos. Su imagen internacional, cultivada con premios y encuentros de alto perfil, contrasta con el clima social que se vive en la Argentina. La distancia física con los problemas internos no hizo más que acentuar la percepción de un presidente enfocado en su proyección global, mientras el país atraviesa un proceso de ajuste que impacta en los sectores más vulnerables y genera una creciente resistencia social. A eso se suma la incertidumbre que pueda generar un fallo judicial que, más allá de su contenido, inevitablemente reactivará la grieta política argentina.

¿Qué beneficios podría traerle a Argentina?

Atracción de inversiones y acuerdos energéticos: En Italia, se firmó un memorando entre YPF y ENI (empresa estatal italiana de energía) para exportar gas licuado. Esto podría traducirse en inversiones a futuro, sobre todo si se consolida un marco jurídico estable para el sector.

Vínculos con países estratégicos: En Francia, se abrió un canal de diálogo con Emmanuel Macron, lo que puede facilitar el ingreso de Argentina a organismos multilaterales como la OCDE y generar cooperación tecnológica.

Acercamiento a Israel: El gobierno israelí valora fuertemente el apoyo argentino en el conflicto con Hamás. Además del gesto político, podría implicar cooperación en defensa, innovación tecnológica y agricultura.

Reafirmación de una identidad internacional: Milei busca posicionarse como un referente global del liberalismo económico y del “antiprogresismo”, lo cual —según su estrategia— sirve para mejorar la imagen externa del país ante inversores alineados ideológicamente con esa visión.

Relaciones con el Vaticano: El encuentro con el papa, puede interpretarse como un paso hacia la recomposición de un vínculo importante tanto a nivel diplomático como simbólico en un país de mayoría católica.

¿Qué cuestionamientos genera el viaje?

Desconexión con la crisis interna: Mientras Milei viaja y se muestra en actos protocolares, Argentina atraviesa una fuerte crisis social, económica e institucional. Para muchos sectores, su ausencia prolongada es un símbolo de desconexión con los problemas reales de la población.

Costos políticos y diplomáticos: Sus discursos agresivos en España generaron un conflicto diplomático con el gobierno de Pedro Sánchez. Este tipo de tensiones puede afectar las relaciones bilaterales con países clave de la Unión Europea.

Agenda más personal que estatal: Parte de la gira tiene un fuerte componente ideológico o religioso, más vinculado a la figura personal de Milei (como sus discursos en foros libertarios o su visita al Muro de los Lamentos) que a una agenda de Estado.

Sin resultados concretos inmediatos: Hasta ahora, no se anunciaron inversiones firmes ni convenios con impacto directo y a corto plazo en la economía argentina. Los anuncios, como el acuerdo energético, son de carácter preliminar o de largo plazo.

El viaje puede ser útil como gesto geopolítico para consolidar vínculos y mejorar la visibilidad internacional de Argentina en ciertos espacios. Pero en lo inmediato, los beneficios tangibles para la economía y la sociedad argentina son limitados, y se ve empañado por la crisis interna, los conflictos diplomáticos que generó y la percepción de que el presidente prioriza su agenda internacional por encima de la situación local.

Palabras del Presidente de la Nación, Javier Milei, en Jerusalén

Martes 10 de junio de 2025.- Buenos días. En primer lugar, quiero agradecer la invitación del Presidente Herzog, especialmente en este momento de tanto cansancio y dolor para el pueblo de Israel. La amistad entre nuestras dos Estados y nuestros dos pueblos es un pilar diplomático de nuestra administración. Queremos, como nación, estar firmes junto a ustedes mientras atraviesan estos días oscuros. No nos doblegaremos ante la crítica fruto de la cobardía o directamente la complicidad con la barbarie.

El combate al terrorismo es una causa que nos une como naciones y con la que tenemos un compromiso inclaudicable. Más allá de los terribles atentados a la AMIA y a la Embajada de Israel perpetrados en nuestro suelo, el execrable atentado del 7 de octubre incluyó entre sus víctimas fatales a 27 ciudadanos argentinos y también a 21 secuestrados.

Seguimos demandando la devolución incondicional de los cuatro argentinos aún en cautiverio: Eitan Horn, Ariel y David Cunio y Lior Rudaeff, y de la totalidad de los secuestrados en poder de la organización terrorista Hamas. Israel, en su rechazo a la rendición cobarde frente al terrorismo, es hoy un faro que ilumina el camino de la libertad y el compromiso con la civilización. La Argentina, desde su propio lugar y con su propia gesta en defensa de la libertad, pretende también echar luz en la misma dirección.

Esperamos poder seguir profundizando los vínculos entre nuestras naciones en base a estos fines comunes y lazos históricos. El futuro necesita de nuestra colaboración para expandir la luz y alejar a las tinieblas. No desistiremos en nuestra demanda por la liberación incondicional de todos los secuestrados aún cautivos en la Franja de Gaza, así como insistimos en acompañar al pueblo de Israel durante estos años trágicos.

Nuevamente, agradezco la generosa invitación de los mandatarios israelíes y confío en que esta visita marcará un antes y un después en el fortalecimiento de la amistad entre la Argentina e Israel. Que Dios bendiga a Israel. Que Dios bendiga a los argentinos, y que las fuerzas del cielo nos acompañen. ¡Viva la libertad, carajo!