La organización ambientalista Greenpeace manifiesta su profunda preocupación ante la posibilidad de que se formalice un nuevo intento de modificación de la Ley de Glaciares y advierte que esta decisión abrirá la puerta a la destrucción de gran parte del ambiente periglacial, reduciendo áreas hoy protegidas y poniendo en riesgo una de las reservas estratégicas de agua dulce más importantes del país, lo que implica un riesgo para el futuro socioambiental de la Argentina.

© Martin Katz / Greenpeace
La Ley de Glaciares, sancionada en 2010, es un logro histórico de millones de personas y cientos de organizaciones civiles, que estableció salvaguardas estrictas para proteger a los glaciares y al ambiente periglacial, áreas críticas para el almacenamiento de agua y la regulación climática. La normativa, pionera en la región, establece prohibiciones a actividades que puedan dañarlos, como la minería y la explotación hidrocarburífera, reconociendo la importancia de estos ecosistemas en la lucha contra la crisis climática y en la provisión de agua para millones de personas.

© Hernan Perez Aguirre / Alberto M. Agostini / Greenpeace
En este sentido, Agostina Rossi Serra, especialista en biodiversidad de Greenpeace Argentina, advierte sobre esta decisión que “avanzar con la modificación de esta ley implicaría una seria regresión en las políticas ambientales del país. Además, ignoraría y vulneraría gravemente los compromisos internacionales asumidos por Argentina para enfrentar la crisis climática, así como el principio fundamental que impide retroceder en los niveles de protección ambiental ya alcanzados. No permitiremos que toquen a la ley de Glaciares. Y no avalaremos que le emitan condena a los glaciares argentinos”.

© Markus Mauthe / Greenpeace
Los glaciares no solo son imponentes formaciones naturales, sino también reservas estratégicas de agua dulce que abastecen a comunidades, ríos y ecosistemas. Su agua de deshielo regula los caudales de ríos en todo el país, una función vital en épocas de sequía; y aseguran agua para el consumo, la agricultura y la generación de energía. Además, son un indicador clave de los impactos de la crisis climática y un baluarte para la biodiversidad. Sin ellos, los efectos del calentamiento global y la escasez hídrica serían aún más devastadores, con consecuencias irreversibles para los ecosistemas y las comunidades.

© Greenpeace / Daniel Beltrá
Greenpeace llama a la ciudadanía a unirse en la defensa de los glaciares. “Hoy, más que nunca, la ciudadanía debe alzar la voz para proteger a los glaciares. Sin ellos, la vida en el planeta es inviable. Avanzar con una reglamentación que disminuya la protección del ambiente periglacial, sólo traerá el deterioro irreparable de estos majestuosos cuerpos de hielo. Permitirlo es condenar el acceso al agua y el equilibrio climático de las futuras generaciones.”, agregó Rossi Serra.