El Gobierno nacional ha decido no poner en el centro de la escena política la causa Malvinas

El Gobierno nacional ha decido no poner en el centro de la escena política la causa Malvinas

El 2 de abril se conmemora el Día de las y los veteranos y caídos en la guerra de Malvinas. Han pasado 43 años del inicio del conflicto armado del Atlántico Sur por la soberanía de las islas Malvinas reclamado por la República Argentina a Gran Bretaña, quien usurpó el territorio en 1833. El acontecimiento se desarrolló bajo el Gobierno de facto que tuvo lugar entre 1976 y 1983, en ese momento presidido por Leopoldo Fortunato Galtieri.

Luego de siete años de gobierno dictatorial, y ante un creciente malestar social, económico y político, la Junta Militar decidió declararle la guerra al Gobierno de Margaret Tatcher y, de esta forma, reposicionar su desprestigiada imagen. Apeló al sentimiento colectivo por dicho territorio para sumar adhesión a la causa en su defensa.

Durante el conflicto, las fuerzas armadas del Gobierno de facto también implementaron los métodos de tortura contra conscriptos y soldados, incluso al perder la guerra, al igual que habían hecho contra quienes tenían ideas políticas diversas y habían sido detenidos, desaparecidos y asesinados. Finalizada la guerra comenzó un proceso de desmalvinización caracterizado por el ocultamiento de lo sucedido y la falta de reconocimiento a los protagonistas. Nada se dijo de las historias de valor, coraje y solidaridad que también tuvieron lugar durante la guerra entre los soldados argentinos. La causa Malvinas dejó de ser una bandera para ser un proceso vergonzante que debía ser olvidado. Símbolo de ello fueron las más de 500 muertes de combatientes que se dieron posguerra, motivados por secuelas y traumas, que casi equipararon las 649 bajas sufridas durante el conflicto bélico. Años más tarde, estas prácticas de tortura y vejámenes contra conscriptos y soldados serían reconocidas como delitos de lesa humanidad por la justicia argentina.

Casi dos décadas más tarde, un 22 de noviembre del 2000, el Congreso de la Nación sancionó la Ley 25.370 que declararía al día 2 de abril como el “Día del Veterano y de los Caídos en la guerra en Malvinas” y cristalizaría un proceso de reparación histórica en reconocimiento a las y los ciudadanos, provenientes de todos los rincones del país, que participaron con honor y lealtad de la guerra de Malvinas.

Con ello Argentina también retomó y profundizó las discusiones diplomáticas por el reclamo legítimo e irrenunciable en defensa de la soberanía sobre las Islas.

Sin embargo, en la actualidad el Gobierno nacional de Javier Milei ha decido no poner en el centro de la escena política la causa Malvinas como un reclamo prioritario ni relevante para la sociedad argentina. Por el contrario, en el proceso que está llevando adelante para acotar la presencia del Estado y que no interfiera en la dinámica del libre mercado, la soberanía sobre las Islas Malvinas es un obstáculo para su plan económico. Esta nueva etapa no se caracteriza por ser nacionalista sino entreguista, donde los recursos naturales se ofertan al mejor postor. En este modelo de país que propone el Gobierno nacional, el Estado está al servicio de los grandes grupos económicos, sean nacionales o internacionales, y la maximización de sus ganancias. En este sentido, las organizaciones sindicales y la clase trabajadora organizada son un estorbo que hay que desplazar.

La Asociación Trabajadores del Estado ratifica su reclamo imprescriptible por la soberanía argentina sobre las Islas Malvinas, Georgias del Sur, Sándwich del Sur y los espacios marítimos e insulares correspondientes. Y honra la memoria de quienes defendieron la nación en ese momento histórico y aun hoy siguen invisibilizados por gobernantes que desprecian la memoria por la verdad y la justicia en defensa de la patria.

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