“Se van a paralizar todos los controles en puertos, aeropuertos y aduanas. Además se va a levantar la fiscalización en todas las barreras zoofitosanitarias del país”, apuntó Rodolfo Aguiar y agregó: “No vamos a aceptar que se nos responsabilice a los trabajadores por la afectación de las exportaciones”.
Ante la amenaza de recorte del 30% del personal del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (SENASA), ATE realizará un paro de 48 horas en el organismo a partir del 26 de marzo y se paralizarán las exportaciones y controles sanitarios en todo el país.
“Hemos definido iniciar una medida de fuerza que va a impactar fuerte en la economía de nuestro país y no vamos a aceptar que se nos responsabilice a los trabajadores por la afectación de las exportaciones. Son muchos los puestos de trabajo en riesgo y no vamos a permitir que se lleven adelante despidos ilegales”, señaló Rodolfo Aguiar, Secretario General de ATE.
El dirigente detalló que durante esos días “se van a paralizar todos los controles en puertos, aeropuertos y aduanas, como así también se va a levantar la fiscalización en todas las barreras zoofitosanitarias del país. Resulta inadmisible que se pretendan llevar adelante ajustes y recortes de personal en un organismo que cumple un rol esencial, siempre se autofinanció y además todos los años ha generado recursos millonarios para el Estado”, apuntó el Secretario General de ATE.
En este marco, Aguiar concluyó: “Frente a los vínculos laborales que vencen el 31 de marzo y la amenaza de cesantías masivas en la Administración Pública, desde ATE vamos a multiplicar las protestas en todos los ministerios y organismos en los próximos días”.
El sindicato resaltó la importancia de contar con un servicio de control de calidad y sanidad fuerte y eficiente, especialmente ante una política de apertura de importaciones tan marcada como la del Gobierno nacional.
«Hay que recordar que este organismo no solamente controla las importaciones y las exportaciones de productos alimenticios, lácteos y de animales vivos, sino que también controla la sanidad y la calidad de los agroalimentos que llegan a la mesa de todos los argentinos y un recorte de personal en estas áreas no solo atenta contra las políticas públicas, sino que también atenta contra la población en general en el sentido amplio, al entender que expone al riesgo sanitario a cada uno de los habitantes de nuestro suelo argentino», destacó por su parte Mercedes Cabezas, Secretaria Adjunta de ATE Nacional y trabajadora del sector.
Cabe recordar que en los días precios a la asunción de Javier Milei, ya se había dado a conocer una intención de despido de 550 trabajadores bajo los contratos FUNVET (quienes firmaban como monotributistas un contrato de prestación de servicios), como así también de todos los que ingresaron durante el 2023.
En una nota dirigida al Ministerio de Capital Humano que coordina Sandra Pettovello, el sindicato exigió:
• Continuidad laboral de todos los trabajadores del SENASA, cualquiera sea su forma de contratación.
• Urgente apertura de la paritaria sectorial.
• Discusión salarial acorde a la inflación.
• Pase a planta permanente de todos los contratados.
• Discusión del nomenclador de funciones del organismo.
• Presupuesto financiero acorde a las funciones del organismo.
Un organismo de alto rendimiento
El SENASA es el organismo encargado de la fiscalización de producción agroalimentaria que cuenta con la habilitación de la Organización Mundial del Comercio para controlar las normas fitosanitarias necesarias para exportar a los otros países. Es el organismo encargado de otorgar las certificaciones necesarias para el comercio internacional. Es decir, sin estos controles no habrían exportaciones ya que son el único organismo argentino con la potestad de regularlo.
Si se levantan las barreras de control zoofitosanitario, se pone en riesgo el estatus sanitario alcanzado por la Argentina, pudiendo perderse la zona libre de moscas de los frutos que dificultaría el comercio de productos con Estados Unidos, encareciendo considerablemente los costos de la exportación. También se perdería la zona libre de aftosa, por lo cual la carne que se comercializa entraría en el circuito mundial de comercialización de países con aftosa, perdiendo el mercado de países que compran carne al circuito no aftosa que se paga mucho más (como por ejemplo, Japón).
Además, no hay ningún motivo para aplicar un recorte en este sector, ya que el mismo se autofinancia, e incluso le aportó al Estado argentino 12 mil millones de pesos en el 2022.