Una vez más, la cita del 25 de marzo nos encuentra a los trabajadores de prensa en la encrucijada de festejar nuestro día con la doble reivindicación histórica del Estatuto del Periodista Profesional, hace ya 81 años, y de Rodolfo Walsh, asesinado en 1977 para la misma fecha por la dictadura más salvaje que el país recuerde, mientras nos acosa una realidad desoladora, con precarización laboral en crecimiento y salarios basura.
Sin abusar de las metáforas bélicas, hay pocos modos de describir la situación sin hablar de batallas y barricadas. De la necesidad de hacer frente con todos los medios disponibles al avance de las patronales y del gobierno sobre nuestros derechos. Un gobierno al que no le cabe esta vez el adjetivo de “cómplice”, invocado tantas veces, ya que hoy es el planificador y ejecutor principal de un ajuste despiadado sobre toda la clase trabajadora.
Para los trabajadores de prensa no hay reconocimiento profesional, que retrocede ante la degradación derivada de la multitarea y el sacrificio de calidad que parece ser la regla en la comunicación digital.
Resaltan así las penurias de un oficio pauperizado y mal pago, a pesar de su omnipresencia en la vida cotidiana de la población en general, que suele identificar como referencia a la figura del periodista/empresario o el periodista/estrella, mientras el verdadero trabajador de prensa permanece invisibilizado.
El presente es crítico y demanda organización y solidaridad. Los salarios son irreales y los enfrentan con la pauperización generalizada, que hace tiempo dejó de ser una hipótesis. Al mismo tiempo se agravan las condiciones de explotación, con contrataciones irregulares, monotributo y pagos en negro. E incluso con despidos lisos y llanos, como los que puso en práctica entre nosotros y hace pocos días la empresa El Cordillerano.
Así como ayer nos sumamos una vez más al repudio del golpe del 76, reafirmamos la memoria de sus víctimas y la necesidad de castigo a los genocidas, hoy decimos que la encrucijada y el desafío para los trabajadores de prensa es escapar a cualquier salida individual, identificar la organización colectiva como el único camino posible y profundizar la pelea por nuestros derechos.
Seguimos en la pelea por un paro general de prensa que unifique todos los sectores y convenios colectivos del país y que logre torcer la lógica de miseria y paritarias a la baja perpetrada durante años por las empresas y en complicidad con los distintos gobiernos.
Sindicato de Trabajadores de Prensa de Bariloche y Zona Andina
Día de las y los trabajadores de prensa: en lucha por el salario, la libertad de expresión y por justicia para Pablo Grillo
Este 25 de marzo encuentra a nuestra Federación y a los sindicatos de prensa adheridos con una jornada nacional de lucha en todas las redacciones por salarios y condiciones de trabajo en el marco de una crisis inédita del periodismo en nuestro país.
A 81 años de la sanción del Estatuto del Periodista Profesional, la situación de la prensa en Argentina es de emergencia profunda en un sentido general. No sólo porque la canasta básica total es el doble del sueldo de un redactor. Y que esta situación ya lleva tiempo y pone en riesgo el derecho a informar como corresponde. Desde diciembre de 2023, se suma el ataque y la represión sistemática del Gobierno nacional a los trabajadores de prensa, así como la intervención y paralización de organismos del área (como el ENACOM y la Defensoría del Público), la utilización discrecional de la pauta pública oficial (que ha afectado principalmente a medios cooperativos y populares), el ajuste y vaciamiento de los medios públicos, entre otras medidas que han afectado profundamente la libertad de expresión y la pluralidad de voces.
Desde la asunción de Javier Milei, las agresiones a trabajadores de prensa se multiplicaron, promovidas desde el Poder Ejecutivo nacional. La represión sistemática a la protesta y a fotorreporteros tuvo su máxima expresión el 12 de junio pasado en el Congreso, con el tiro criminal de gendarmería sobre Pablo Grillo junto con otros 15 compañeros heridos por balas de goma y gases. Todo esto viene acompañado de ataques verbales por parte de distintos niveles de funcionarios, patotas digitales en las plataformas virtuales y todo tipo de restricciones oficiales en las coberturas mientras se alimentan la desinformación y los discursos de odio.
Por el ataque a Pablo Grillo, la Federación Argentina de Trabajadores de Prensa (FATPREN) exige la renuncia de la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, como responsable política del hecho y el procesamiento junto a los responsables del operativo y al responsable material del disparo (cuya identidad fue revelada gracias, justamente, al trabajo de fotoperiodistas y cámaras). Al Gobierno nacional le reclamamos que cese en forma inmediata con sus ataques a los trabajadores de prensa y garantice su integridad física y mental.
Al mismo tiempo, denunciamos la responsabilidad de las empresas de medios en esta coyuntura, que encubren al gobierno con sus líneas editoriales y exponen a sus trabajadores con precarización laboral y salarios de miseria. Los grandes multimedios son una parte fundamental de la degradación del oficio de la prensa, defendiendo sus intereses privados antes que el derecho a informar.
La defensa del periodismo hoy es la defensa de sus trabajadores. Recomposición salarial en prensa ya. Basta de ataques y represión. Por el derecho a la protesta y a informar.
Federación Argentina de Trabajadores de Prensa (FATPREN)