El ex gobernador de Tucumán José Alperovich fue condenado este martes a 16 años de prisión e inhabilitación especial perpetua para ejercer cargos públicos a nivel nacional, provincial y municipal por haber sido considerado penalmente responsable de haber agredido sexualmente a una sobrina y ex colaboradora en nueve oportunidades entre diciembre de 2017 y marzo de 2018.
La sentencia fue leída esta noche por el titular del TOC 29 de justicia nacional porteña, Juan María Ramos Padilla, quien dispuso la inmediata detención del también ex senador nacional. Alperovich fue retirado de la sala del tribunal por efectivos de seguridad para su traslado a una unidad carcelaria del Servicio Penitenciario Federal, que no fue precisada hasta esta medianoche.
“Creemos que es un fallo histórico”, dijo la abogada querellante Carolina Cymerman al ser abordada por la prensa en la salida del tribunal
La letrada aseguró, además, que en la querella que integra junto a Pablo Rovatti del Programa de Asistencia a la Víctima de la Defensoría General de la Nación, están “conformes con el fallo” en tanto cumple las expectativas “de que se haga justicia”.
“Teníamos expectativas de condena pero no sabíamos cuántos años iban a ser y la verdad que haya sido una pena muy alta y que haya ido preso inmediatamente es un mensaje muy fuerte contra la impunidad del poder, sobre todo en los ámbitos políticos donde sabemos que la violencia de género es muy grande”, declaró a Somos Télam Milagro Mariona, vocera de la víctima, periodista y militante feminista tucumana que acompañó a la denunciante en todo el proceso.
Mariona coincidió con Cymerman en que se trata de un juicio y una condena histórica porque “no hay un precedente de una persona con tanto poder y con esa trayectoria política que haya pasado por un proceso como éste, tan contundente, tan fuerte y tan público”, que además haya concluido con una pena de esta magnitud.
Alperovich, quien permaneció en los tribunales desde el mediodía y con custodia policial desde el lunes de la semana pasada, estuvo acompañado de sus cuatro hijos a los que abrazó brevemente antes de abandonar la sala rodeado de policías.
El ex hombre fuerte de Tucumán no hizo uso de la posibilidad de pronunciar unas últimas palabras, escuchó el veredicto muy serio, cabizbajo y apretando las mandíbulas. De vez en cuando, además, se restregaba los ojos para enjugar algunas lágrimas.
Alperovich llegó al juicio acusado por tres casos de abuso sexual -dos de ellos en grado de tentativa- y seis casos de violencia sexual agravada por acceso carnal, según lo establecido por la investigación judicial en base a las denuncias de su sobrina segunda MFL, que ubicó los ataques entre 2017 y 2018, en la Ciudad de Buenos Aires y en la provincia de Tucumán.
Ramos Padilla condenó a Alperovich por estos mismos delitos y remarcó que para cometerlos recurrió a la “intimidación, abuso de una relación de dependencia, de poder y de autoridad”.
Además, el juez ordenó “reconocer el derecho de M.F.L.”, la víctima y ex colaboradora de Alperovich, “en lo que hace a la reparación integral” en términos de una indemnización del daño material y moral causado, según lo establece el artículo 29 del Código Penal, “de acuerdo a las consideraciones formuladas en la sentencia” con los fundamentos del fallo, que se conocerá el próximo 16 de agosto a las 15:30
La querella había solicitado 22 años de prisión para Alperovich y el fiscal Sergio Abraldes una pena de 16 años y medio de prisión e inhabilitación especial perpetua. La defensa del acusado, en tanto, había pedido la absolución.
Al dar a conocer el veredicto, el magistrado también dispuso que se libre oficio al Registro Nacional de Datos Genéticos Vinculados a Delitos contra la Integridad Sexual “a fin de hacer saber que se autoriza la extracción de muestras” del condenado para ser incorporadas a ese banco.
Además, Ramos Padilla resolvió que se investigue por falso testimonio a tres testigos aportados por la defensa y que en ese momento eran empleados de Alperovich: Juan David Cayata, Víctor Hugo Decataldo y Manuel Segundo Frías, tal como lo solicitaran las partes acusadoras.
El magistrado también decidió “remitir la filmación de los testimonios” de dos peritas psicólogas y sus informes periciales “al Ministerio de Salud de la Nación, a los fines de que, por intermedio del órgano que corresponda, evalúen la conducta ética de las profesionales”, fuertemente cuestionadas por ambas partes acusadoras.
“Ha marcado la diferencia que se haya realizado en Buenos Aires y espero que sirva como un mensaje para la justicia tucumana, porque había serios riesgos de que no haya justicia si sucedía allá”, agregó Mariona.
De la víctima, quien siguió esta audiencia por videollamada, dijo que “está satisfecha” porque para ella bastaba “con que solo el juez diga que le creía” y este veredicto justamente representa “la justicia creyendo en la palabra de una víctima”.
“Durante el debate no sólo se pudieron probar los abusos sexuales sino que también se pudo conocer cómo funcionaba la política hacia adentro, cómo se perpetúan esos lazos de poder, cómo se genera esa asimetría de poder, cómo se violenta a las mujeres porque éste no es un caso aislado, sino parte de la forma de hacer política de algunos hombres”, concluyó. (SOMOSTELAM)